martes, 25 de octubre de 2011

Acaso no..?

No quieres ser pesado, y no me llamas.
No quieres agobiarme, y no me escribes.
No quieres molestarme, y no me hablas.


Pero, 


¿Acaso no te das cuenta de qué cuándo te miro no tengo palabras?
¿Acaso no te das cuenta de qué una llamada perdida me hace sonreír?
¿Acaso no te das cuenta de qué un mensaje me hace feliz?


¿Acaso no te das cuenta de qué un "te quiero", es todo lo que quiero oír?

lunes, 26 de septiembre de 2011

Reto.

Se lo mucho que te gustan los retos. Pues hoy quiero proponerte uno. Quiero que busques dentro de tu corazón, y que indagues en lo más profundo de tus sentimientos. Quiero que tengas el valor de escribir tú también, aquello que no tienes valor para decir.

Soy incapaz de pensar que todo lo ocurrido, se redujo a cenizas, que toda la pasión que hubo, es ahora odio, rencor. Seguro que no eres capaz de odiar a aquella dulce chica que tanto te hizo sentir, a no ser, que la engañaras a ella también. Cada beso, cada caricia, cada mirada, cada una de las sonrisas, ¿fueron de mentira?.

Te invito a abandonar esta guerrilla de niños, este comportamiento absurdo. A aclarar las cosas como dos personas adultas. Te invito a que entres en mi corazón y veas lo que hasta ahora, no me has dejado enseñarte. Te invito a que des la cara, sabré aceptar una derrota.

viernes, 23 de septiembre de 2011

El tren.

Ya no puedo oírlo, no puedo sentirlo, pero es culpa tuya. Ya no puedo, no me dejas sentirlo, oírlo. El latido de tu corazón, como el motor de un tren, ya no lo oigo. 


Echo de menos tus nervios, tu sonrisa de niño travieso, tus ojos, tus labios, tus besos. Pero ya no puedo, no me dejas sentirlo, oírlo. El fuego no se extinguió. Decidiste apagarlo. Decidiste que serías tú y no la distancia la que nos separaría. 
Te di todo lo que estuvo en mi mano, y quizás, mucho más. Soy incapaz de irme a dormir sin ver tu foto, de traje, bien guapo y elegante. Soy incapaz de dejar de mirarla hasta que consigo dormirme. Lo he intentado todo, pero subiste al tren, y éste, empezó a alejarse.


Quizás no querías enamorarte, quizás nunca lo hiciste y nunca me quisiste, o tal vez sí. Quizás querías que lo "nuestro" siguiera  quizás aprovechaste la mínima oportunidad para marcharte, para dejarme sola, sin consuelo, llorando y echándote de menos. Sola, sin ti.
Te subiste a un tren con billete de ida, pero no de vuelta. Y sí, lo confieso, hubo un tiempo en el que creía oír los latidos del tren alejándose. Pero ya no, ya no puedo oírlos. 
Lo he intentado todo, he intentado hacer que vuelva de mil formas, eso lo sabes bien, muy bien. Pero no lo he sabido detener, y esta vez sí, el tren se ha marchado, y sí, lo confieso, hubo un tiempo en el que creía oír los latidos del tren alejándose. Pero ya no, ya no puedo oírlos.Se han ido, para siempre



lunes, 15 de agosto de 2011

El te quiero, ya es cosa mía.

Dime como aceptar esta derrota. Como aceptar el final. Ya no se puede insistir más supongo, ya están todas las esperanzas perdidas. Ya no queda nada, sólo un montón de lágrimas dentro de un bote de cristal. No se cuántas lágrimas más tendré que derramar. Son incontables. Tendría que estar arrepintiéndome de haberte conocido, pero no lo hago. No cambio ni un minuto a tu lado, ni una milésima de segundo. Todas esas palabras duelen. Duelen mucho. "No te odio, no te quiero, ya sabes". Esa indiferencia es aterradora. Todo aquello que hubo no es ni ceniza. Ya no queda nada.


Quizás ésta sea la última vez que escriba. No hay más de qué lamentarse. El error ya se cometió. Ya no puedo deshacer esto. Desde aquellas palabras: "No. Pareceré egoísta, pero creo que es lo mejor para los dos". No debí haber insistido. Después, todo pasó tan deprisa... 
Lo peor fue creer que el roce haría el cariño. Te di una parte muy importante de mi vida. Uno de los recuerdos más bonitos que tengo, lo tienes tú. Puede que lo hayas olvidado, que lo hayas tirado, que esté lleno de polvo en lo alto de un armario, que lo hayas regalado. Supiste con un sólo vistazo lo que a mi me costó días averiguar. "Pata trasera". He de reconocer que me impactó mucho. Fue increíble. En ese momento no tenía palabras.


Eres afortunado, vas a tener todo lo que quieras. Puede que no te vuelva a ver, puede que sí. Creo que después del twister, el tres en raya en las baldosas del salón, es mi juego favorito. Y no me quejo de los masajes en la espalda. Sé, que 800 kilómetros son muchos, pero ahora sé que has decidido que con otra sí y conmigo no. Lo respeto, sólo quiero que seas feliz. Sí tu eres feliz, yo también lo soy. No te pido nada. Sólo un adiós. El te quiero, ya es cosa mía.



jueves, 11 de agosto de 2011

Una señal.

Mala, vengativa, cruel, no importaba el daño 
que hiciera. La gente no valía nada. Ellos no valían nada. 

Pero llegaste tú. Llegaste tu y la malicia se volatilizó, cambiaste la persona que era y me convertiste en alguien que era buena, que decidió pensar en los demás, en aquellos que estaban cerca.

Pero, ¿qué fue lo que fallo? ¿Qué hizo que vieras fallos en tu propia creación? Sólo quiero volver a tener cerca aquello que me hacía bien. Sólo unas respuesta, aunque sólo sea "olvídame". 

Quiero tenerte aquí conmigo, como antes. Recuerda las mañanas en tu casa, los ataques de cosquillas, "chúpame un pie" decías,  y ya recuerdas mi respuesta. Recuerdo los besos, las caricias, recuerda cada bello momento. Da una sola señal, aunque no sea aquello que deseo escuchar.

miércoles, 27 de julio de 2011

Mirar abajo.

Esa indiferencia me hacía caer, derrumbaba las paredes de mi corazón. No hacía nada bien, todo eran quejas y más quejas. Hay tanto que me hiciste sentir. Desde princesa, subida en lo más alto de aquella torre, abrazada a ti, rodeada de tus brazos, me sentía bien. Segura. No necesitaba nada más. Pero algo cambió, dejaste de ser aquella persona que me sonreía, que me abrazaba, que me protegía. Derrumbaste los muros de la torre, olvidaste los abrazos, los besos, las caricias. Me hiciste sentir insegura, nada era suficiente para ti. Yo no era suficiente. Te lo he dicho muchas veces, no me obligues a mirarte, no puedo ver esos ojos marrones. No quiero que veas mis pupilas inundadas. No quiero que sepas que me duele, que lo estoy pasando mal. Prefiero mirar abajo.Prefiero no ver nada, si no vas a perdonarme. 




martes, 19 de julio de 2011

Get it right.

Es increíble cómo todo puede esfumarse en un instante. Los mejores momentos pueden quedar reducidos a escombros en sólo unos minutos. Por algo, que no vale la pena. Mientas escribo estas palabras, cada lágrima derramada me hace más débil, más vulnerable. Nunca quise éste final. Nunca quise ofenderte, ni herirte, no se qué puedo hacer, para hacerlo bien. Lo he intentado todo, pero parece que cada intento es en vano. Dime, ¿Qué tengo que hacer?


No voy a pensar en lo que pudo ser y no fue. Voy a pensar en lo que fue, y será en el recuerdo. 
Sí, me encantaba levantarme a las seis de la mañana, porque sabía que tú estarías ahí, y que tendría tiempo de recuperar horas de sueño.


Me encantaba pasarme dos horas dando vueltas por la Gran Vía esperando que llegaran las diez de la mañana, porque sabía que tú estarías ahí, y que la espera habría merecido la pena.


Me encantaba que el cielo amenazara con lluvia o tormenta, porque sabía que tú estarías ahí y que la lluvia sólo sería una vaga escusa para ir a tu casa.


Me encantaba cada momento, de risa, de tensión, de.. nervios.., de placer, de diversión, de incertidumbre. Me encantaba y me encanta.


Ahora que no estás, no te imaginas cuánto te echo de menos. Sé que no lo hice bien. Sé que no actué como debía. Pero no te cambiaría por nada, y quiero recuperarte, quiero tenerte aquí. Porque aun en la distancia te siento cerca. Porque me equivoqué. Porque soy humana. Y porque sé que sabes, que te he dado todo cuanto ha estado en mi mano. Creo que todos necesitamos una segunda oportunidad. No pido tanto, sólo dime, ¿ Qué tengo que hacer?.


jueves, 7 de julio de 2011

¿Sigues ahí?

¿Sigues ahí? No te encuentro. Te juro que te he buscado.
Te he buscado en la playa, en el parque, en casa, debajo la cama, detrás de la puerta, en el armario, en mis mensajes de teléfono, en el cuarto de la caldera, en la autoescuela, en las calles donde me besaste, me abrazaste, en la parada de autobús, donde mi felicidad cobraba sentido.


No te encuentro, te he buscado. ¿Sigues ahí? Espera, creo haberte visto. No, no. Era un reflejo, una visión proyectada por mi corazón. Te quiero encontrar, pero no apareces. Te quiero amar, pero no estás. Mi corazón no sólo palpita si pienso en ti, si estás aquí. Ven, te necesito. Hace días que no se de ti. Tal vez ya sean semanas. El tiempo parece detenerse si no estás, los minutos parecen horas y mi dolor solo se prolonga.


¿Sigues ahí? Te necesito. Ven a cuidar de mi. Ven, hazme feliz.





miércoles, 6 de julio de 2011

Lluvia.

Llueve y tengo frío. 
Ven, abrázame. Sabes que lo necesito.
Dame calor, rodéame con tus brazos.


Quiero ser la que oiga los latidos de tu corazón, 
mientras tus dedos se enredan en mi pelo,
mientras besas mi cuello.


Quiero que nos riamos, 
mientras nos hacemos cosquillas
y estamos al borde de caernos de la cama.


Llueve y tengo frío.
Ven, abrázame.
Realmente te necesito.