viernes, 11 de febrero de 2011

Mentiras, medias verdades.

Me decías que te hacía feliz. Me decías que me querías. Me lo decías todos los días. Pero no se que pasó por tu mente, que un día dejaste de hacerlo.
No confiabas en mi tanto como para decirme qué era lo que te ocurría. Entonces, me mentiste.  Aquel día, sentados en el banco del parque, me mentiste. Dijiste que tenías miedo de perderme. MENTÍAS.


No tuviste agallas suficientes para enfrentarte a mi y decirme que tus sentimientos habían cambiado, que ya no eran los mismos. Decidiste elegir el camino más cómodo para ti, y el peor para mi. Seguiste adelante, engañándote a ti mismo, engañándome a mi. Me hacías creer que me querías, y no era cierto. Seguiste alimentando el cuento de princesas que una vez, cuando si me querías, prometiste que nunca dejarías.


Pensaste en ti mismo, y entonces, se produjo el cambio de las cosas. Cambiaste. Yo no sabia que ese sería el momento en el que nunca volvería a oír un te quiero, en el que nunca volvería a ser tu princesa.


Decidí seguir, pensando que me amabas. Pero no era así. Vivía engañada. Siete meses después, pongo fin a una pesadilla que llevaba cinco soportando. No te lo voy a negar, he sido muy feliz, pero el balance negativo de estos últimos cinco meses, supera con creces al positivo. Ahora sé, que jamás volveré a saber quien fue la persona de la que me enamoré. Ahora sé, que tú sólo querías romper.


Debiste hacerlo hace mucho, antes de septiembre, pero no lo hiciste, y estúpida de mi creí que podrían cambiar las cosas y recuperar lo que perdí.
Te di mil oportunidades. Seguimos. Ni un indicio de querer cambiar. Aunque fuera solo un poco. Nada de nada. Al final has conseguido lo que querías. Se ha terminado.


Lo peor, es que aun tienes el valor de seguir mintiéndome y diciéndome que lo estás pasando mal, y que me has querido, y que lo sigues haciendo. Aún tienes el valor de decirme, que has intentado sacar tiempo para mi, pero que no lo has conseguido encontrar.


En fin, la vida sigue, y ahora que sé que ya no hay más, ahora que sé que no sientes nada, que no me quieres, sólo puedo desearte que seas feliz.

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